• NO DEJES QUE TU ACTITUD LOGRE QUE SE ALEJEN DE TI LOS QUE EN VERDAD TE AMAN




    Si te has dado cuenta de que tratas mal a la gente, lo más probable es que en realidad te estés enfrentando a tus propios problemas emocionales. Tratar la fuente de tus emociones negativas y comenzar a sentirte más feliz en general te podría ayudar a tener una personalidad más amable. Además, aprender a comunicarte con otros y a entenderlos tal vez sea la clave para reducir las situaciones en las que accidentalmente eres agresivo. Puedes cambiar tus pensamientos, sentimientos y actitudes para ser una persona más amable.

    Consejos
    Si te repites constantemente que eres una persona amable, tu mente comenzará a aceptar que así es. Modifica tu conducta en concordancia a fin de ajustarla a este nuevo estándar. Pensar que eres uno de los "buenos", en lugar de uno de los "malos", realmente puede marcar una diferencia en tu manera de actuar. Tu mente reaccionará positiva mente.
    Como sucede con todos los hábitos, este será difícil de dejar. Sin embargo, si eres perseverante tu tendencia al maltrato defensivo se suavizará.
    Sé bueno escuchando. Escucha con atención cuando alguien te hable.
    Sé cortés, paciente, observador y considerado, además de ser positivo. No seas negativo ni crítico. Busca siempre el lado positivo de cualquier situación dada.
    Piensa bien en lo que quieres decir. No digas lo primero que se te ocurra, pues eso no mejorará tu situación.
    Sé sincero. No seas amable como medio para conseguir algo. Ten presente que si solo quieres ser amable para obtener un trato preferencial, te estarás comportando de la manera contraria, porque esa es una conducta engañosa, superficial y cruel. Sé amable porque quieres mirar hacia atrás y saber que fuiste una buena persona, sin importar las circunstancias.
    Sé la mejor persona: no tienes que tratar mal a los demás porque te están tratando mal a ti.
    No es necesario que halagues a la gente para dejar de tratarla mal. Solo tienes que hablarle con respeto.
    Evita juzgar a los demás, hacerlo podría ser la fuente de pensamientos desagradables y estos podrían reflejarse en tus interacciones con ellos.
    Antes de hacer algo apresurado, pregúntate: "¿Hará este pensamiento, acción o comentario, que el mundo sea un lugar mejor para mí o para alguna otra persona?". Si la respuesta es que no, evita hacerlo y ahórrate las repercusiones. No tiene caso esforzarte para hacer infelices a los demás o a ti mismo.


1 comentarios:

  1. Creisa dijo...

    Muy buen tema FELICIDADES me encantó, saludos!!!

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