• PREFIERO UNA VERDAD QUE DUELA UN MOMENTO A UNA MENTIRA QUE ME DUELA TODA LA VIDA




    Mientras estés en el mismo estado (emocional), da igual en la práctica: una verdad que duela puede aumentar la resistencia interna al cambio (sufrimiento consciente, aumentando voluntariamente el sentimiento de decepción), y una mentira que satisface la resistencia interna al cambio la fortalece (sufrimiento inconsciente, aumentando involuntariamente el sentimiento de decepción).
    Todos sabemos la verdad en el fondo siempre. Otra cosa muy distinta es que nos demos cuenta.

    La resistencia al cambio en sí es natural. En su obstinación, es insano. En realidad, no son más que miedos a fantasmas, porque lo cierto es que no pasa nada por cambiar. Bueno, miento: sí pasa. Que uno evoluciona y crece como persona. Es un proceso por el que pasamos todos, cada uno a nuestra forma y nuestro ritmo. 
    Para mí la inteligencia nos da la capacidad de ser conscientes de la verdad, pero hasta el más tonto del mundo la sigue sabiendo en el fondo. Otra cosa es que no llegue a verlo. Y ojo: ser inteligente no implica serlo emocionalmente*. Y no ser esto último creo que cierra puertas cruciales para seguir avanzando. 

    Para mí, esa es una pregunta que sólo se plantea desde un prisma con cierto ángulo. Posiblemente ahora no veas qué quiero decir, porque yo seguramente tampoco lo hubiera visto cuando también pensaba eso.




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