La soledad es mala consejera y esto es verdad, porque cuando estamos solos, no sólo físicamente sino solos porque no tenemos a nadie para contarle nuestras cosas y pedirles su opinión, corremos el riesgo de tomar decisiones poco efectivas o incorrectas. Además cuando estamos solos, evaluamos las cosas desde nuestra perspectivas de soledad y las personas que no están solas, las analizaran desde su posición que es diferente a la nuestra. A veces las decisiones en soledad, están carentes de amor, de calor, de equilibrio porque yo considero que estar en soledad es estar en desequilibrio, porque el ser humano es un animal de naturaleza social, ya sea porque necesita de los demás para cubrir sus necesidades básicas de subsistencia, o porque necesita desarrollar la parte social afectiva. A veces el estar solo no es una cuestión de elección sino de circunstancias, yo puedo querer estar acompañada pero no encuentro una persona que quiera estar conmigo por diversos motivos, puede ser que hayan pocas personas disponibles (en el caso de la pareja) o puede ser porque mis requisitos para compartir con alguien, deben cumplirse. La idea no es estar acompañada para que el resto de las personas no nos critiquen, la idea es estar acompañados por el bienestar que eso nos aporta.
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