Cada día los seres humanos hacen la misma elección cientos de veces: si mentir o decir la verdad. Esto sucede a menudo sin pensarlo, ya que muchos ignoran el profundo impacto que podrían llegar a ocasionar estas decisiones aparentemente sin importancia. Incluso, las mentiras más pequeñas pueden llegarles a costar dinero, afectar sus relaciones y afectar sus opciones. En cambio, la honestidad ofrece otros beneficios que son psicológica mente sorprendentes.
¨Las mentiras cargan nuestro cerebro, causan estrés y dañan nuestro cuerpo¨
El mentir requiere de un gran esfuerzo. Cuando decimos la verdad, solo tenemos que recordar lo que sucedió. Sin embargo, cuando mentimos, tenemos que considerar lo que estamos tratando de ocultar, encontrar una versión creíble de lo contrario, presentar una actuación convincente para lograr vender esa mentira, y seguidamente, recordarla por el resto de la eternidad, para nunca ser descubiertos. Según los estudios científicos, la persona promedio miente tres veces durante el primer minuto que conoce a un extraño, y entre 10 y 200 veces al día. La mayoría maneja bien esta constante mentira, tomando en cuenta lo notablemente frecuente en que se produce, pero eso es aún más fácil de hacer cuando se ignoran las consecuencias.
Desafortunadamente, para muchas personas, decir mentiras resulta ser algo fácil de hacer incluso a sus seres queridos. No solo pareciera que el mentir es algo bastante común, pero en su mayoría, hay quienes lo hacen muy bien. Y en realidad, las probabilidades de ser descubiertos en una mentira son muy bajas. Se estima que la mayoría de las personas salen ilesos de las mentiras que con frecuencia dicen casi en su totalidad.
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