• ARREPENTIRNOS DE LAS COSAS MALAS ES LA MEJOR CURA PARA SANAR EL ALMA




    arrepentirnos de lo malo que hemos hecho y de lo bueno que has dejado de hacer  esa es la mejor medicina para sanar el alma nunca es tarde para arrepentirnos  
    La misericordia infinita de Dios no puede ser negada por los hombres. El ser humano al pecar rompe la amistad con Dios, su Creador, y lo ofende, lo que se traduce en una ofensa de gran magnitud. Pero es Dios mismo quien, a pesar de haber sido ofendido, le ofrece su perdón para que no muera a la vida eterna sino para que viva. Para ello, solamente es necesaria una conversión interior. Se podría decir que sólo se requiere un cambio de vida, un volverse hacia Él. De ahí la necesidad de la penitencia.

    El sacramento de la Reconciliación o Penitencia y la virtud de la penitencia están estrechamente ligados, pues para acudir a este sacramento es necesaria la virtud de la penitencia que nos lleva a tener ese sincero dolor de corazón.

    La Reconciliación es un verdadero sacramento porque en él están presente los elementos esenciales de todo sacramento, es decir, el signo sensible, el haber sido instituido por Cristo y porque confiere la gracia.

    Este sacramento es uno de los dos llamados de “curación” porque sana el espíritu. Cuando el alma está enferma debido al pecado grave, se necesita el sacramento que le devuelva la salud para que la cure. Jesús perdonó los pecados del paralítico y le devolvió la salud del cuerpo.




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