• Lo que realmente importa es lo blanco y puro del corazón




    La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma Juzgar según la apariencia en todo tiempo es incorrecta, injusta e irresponsable. En la Iglesia, jamás debemos hablar de alguien, ni emitir juicio en contra de alguien solo por la manera de vestir, hablar, comer, o caminar. Cuando sintamos duda sobre algo, tengamos el carácter y el valor de ir donde la misma persona y preguntarle para salir de la duda. Jamás condene a alguien sin haberle dado antes el derecho de auto defenderse. Evitar esto no permite vivir más en paz, actuar según la Palabra, obedecer la dirección del Espíritu, practicar el amor.


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